“Para mí, el duelo público no se limita a la necesidad que se tiene de llorar personalmente a los muertos. Por
cierto esa necesidad existe. Pienso que el duelo público da un valor a las
vidas. Permite un tipo de conciencia aumentada de la precariedad de esas vidas
y de la necesidad de protegerlas, y quizás también comprender que está
precariedad se entienda más allá de las fronteras.
No hay medio para superar nuestra precariedad, ningún medio
para volverse invulnerable. No escaparemos de la muerte. Eso no se producirá,
ustedes lo saben. ¡Eso no se producirá! El hecho de aceptar nuestra forma de
precariedad, esta finitud de la condición humana puede ser una alternativa
política. Estados Unidos eliminó muy rápidamente
esta opción, diez días después del 11 de septiembre. Una opción que eliminaron amordazando
a los medios con el fin que olvidáramos
la precariedad de esas vidas, el valor de esas vidas que fueron heridas,
destruidas. Es aquí donde está el vínculo. Es importante que el activismo
ligado al SIDA haya permitido dar todo su alcance al duelo público. Las Madres
de Argentina hicieron lo mismo: ¿Dónde están los desaparecidos?. Es primordial
hacer el máximo de ruido en torno a los que desaparecieron…sin dejar huella.
Hay que fijar una marca, dejar un trazo, hacer ruido, para hacer estallar la
autoridad…una idea segura de la autoridad …que refleja ciertas imágenes invisibles,
ciertos sonidos inaudibles, ciertas palabras impronunciables. La censura limita
la cima de nuestro saber, pero además, traba nuestra aptitud de comprender.
Comprender lo que fue perdido, qué violencia fue infringida, y el valor de las
vidas humanas”
Extracto del Documental Judith Butler, Filósofa en Todo
Género.
Para ver el documental: http://www.youtube.com/watch?v=KkB8O7-jGoM
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